Ayuda con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
En los últimos tiempos se habla mucho del TDAH siglas que corresponden al Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Pero no es un diagnostico de moda ya que aparece en los libros médicos del siglo XVIII y fue en el siglo XX cuando se tuvo mayor conocimiento de este síndrome.
El TDAH aparece en la infancia y se caracteriza porque produce dificultades para mantener la atención acompañado en muchos casos de hiperactividad, es decir, un exceso de movimientos o simplemente dificultad para controlar los impulsos.
Dependiendo de qué esté más acentuado se pueden dar tres tipos de TDAH según se presente el síntoma predominante , así está:
- TDAH con predominio del déficit de atención
- o con predominio de la impulsividad (hiperactividad)
- o un combinado de los dos anteriores.
Cuando los padres creen que sus hijos pueden tener estos trastornos o bien no saben identificar muy bien qué les está ocurriendo a sus pequeños el mejor consejo que se les puede dar es que acudan a un psicólogo especialista en estos casos. Hoy en día son muchos de estos profesionales los que al terminar su carrera han completado sus conocimientos al estudiar un doble máster sobre TDAH y atención temprana.
Las personas que pasan mucho tiempo al lado de los niños (padres, profesores…) son los primeros que van a notar que algo no marcha adecuadamente en comparación con el comportamiento de otros niños. Así algunas conductas que deben hacer saltar la alarma si se ve que se producen de una manera frecuente son ver como el niño es incapaz de quedarse sentado cuando debe hacerlo, mueve mucho manos y pies mientras permanece sentado, no puede jugar de forma tranquila, habla mucho, actúa sin pensar, pierde la paciencia a menudo, se muestra impaciente , etc.
Ante cualquier sospecha el primer paso que hay que dar es el de llevar al niño a su pediatra para que inicie un proceso de diagnostico clínico y así poder solucionarlo de forma temprana y evitar problemas en un futuro. El diagnóstico precoz y la intervención temprana son claves para un buen pronóstico del Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
La repercusión en la vida adulta puede deberse a síntomas residuales del TDAH, a la repercusión o problemas secundarios al TDAH de la infancia o ambas cosas a la vez. Los problemas secundarios serán consecuencia de la escasa formación académica, problemas sociales, conductas de riesgo, etc.